Pablo Ibáñez, un autorreportaje

Esto no es una pipa, de René Magritte. Fuente.

Como último artículo del año quería evitar las siempre usuales conclusiones de los últimos doce meses. No se me ocurrió otra cosa más que presentar parte de lo que quiero hacer el año próximo mediante una entrevista, el género más bastardeado y peor hecho cuando se trata de artistas. Hecho, obviamente, por el peor entrevistador. Como dice Whitman, adentro somos un montón.

¿En qué estás?

-Laburando, dos por tres escribo, y compongo música. Quiero hacer algo con la música el año próximo.

-¿Pero dejaste de escribir? Digo, yo sé que siempre estás escribiendo, hablo de ficción.

-No, ficción no. El tema es que me alcanza con lo real y lo quiero aprovechar para lo otro. Veré que hago con eso el año que viene. Sobre escribir, lo importante radica en dos cosas: que me alcance para satisfacerme y para vivir. Jamás pensé que podía vivir de la escritura y con el periodismo lo tengo. Nunca pensé que a alguien le podía interesar lo del blog y descubro que es así. Quiero probar con lo que peor me sale, que es meter canciones.

-¿Y te vas a meter justo con lo que peor te sale?

-Es que hoy no es tiempo para escribir cuentos, teatro tampoco. Es hora de escribir novelas. Hoy, en líneas generales, todo lo que agarrás lo tenés que tirar antes de entenderlo. El cuento es efectista, pero luego pierde interés. La mejor plataforma es la novela, donde tenés que comprometerte con el mundo que escribís. El problema es que ese compromiso implica mucho tiempo, que no dispongo. Tengo ideas, son para futuro.

Por otro lado, me parece que escribir una canción es muy parecido a describir una foto o una pintura. Es muy difícil meter un discurso en una canción, a menos que sepas antes que a otra persona le puede gustar por valores que no tienen nada que ver con la música.

-¿Cómo es eso?

-Claro, porque a uno le gusta lo que dice la letra, que más o menos pega con la melodía. Y chau. En cambio, describiendo una pintura tenés poco espacio para desarrollar un discurso. Digo discurso en el sentido de conjunto organizado de ideas que finalizan en una conclusión. En una canción no hay otra cosa más que exposición. No por nada, pero Platón raja a los poetas de su República. Irme de la República me parece una medida bastante mía. Por eso quiero hacer canciones. Igual, son malas.

-También es tuyo el auto boicot, ¿lo tenés claro?

-Nah, las canciones son malas. Pero no me preocupa eso hoy. Si son malas tengo un motivo para mejorarlas. Me preocupa la interpretación. Sueno a Jorge Drexler un domingo de lluvia, esperando por Supersport. Pero me están ayudando con eso.

-¿Quién?

-Alguien.

-Dale, decime quién es.

-No. Me está ayudando mucha gente con muchas cosas: interpretación, composición, letra. Les daré las gracias a todos ellos en su momento. Y a solas.

-¿Qué influencias tenés?

-Qué pregunta estúpida. Es la típica pregunta que empieza a demoler una entrevista decente. No se puede explicar la música sin una referencia auditiva detrás. Menos cuando no hay un lenguaje en común. Y lo que pretendés con esa pregunta es establecer ese marco con otra gente. Esperá a escuchar los temas terminados. Vas a ver que vas a decir dos cosas: que son bien mías y que no te gustan.

-Bueno, pero entonces explícame de qué va, intentá hacer un puente con el que te quiera escuchar. Si podés.

-Podría decir que compuse alguna bossa, un rockito medio drogoncio, hay tres covers de gente que me gusta, como los Redondos, hay mucho sampler, mucha guitarra criolla. Por ahí.

-Por ahí es poco, pero podríamos extendernos con lo que tratan las letras.

-Mirá, la letra uno trata de una amiga anoréxica. La letra dos es la que me gusta más, hasta ahora.

-Pero, ¿cuántas tenés?

-Dos.

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-Ah, bueno. ¿Y qué dice?

-Por un antecedente que tuve, se me ocurrió pensar en la otra persona, una mina que querés, como un rompecabezas. Pero tiene que ser un rompecabezas muy frágil, de laburo chino. Entonces pensé en un rompecabezas hecho con granos de arena. El problema es que para los hombres, las mujeres deben encajar en su fantasía, mientras que las mujeres saben componer un deseo, no es necesario matar el deseo del otro. Así que pensé en un rompecabezas, hecho de granos de arena, sobre el pecho de la mujer inmóvil. Y al mar, como metáfora del tiempo que va borrando los trazos y se lleva al objeto amado. Eso.

-Upa, ta bueno eso.

-Sí, pero entre lo que pienso y lo que queda definitivo hay varios escalones de distancia. Será cuestión de aprender a usar las herramientas adecuadas para hacer una canción. Eso espero.

-¿Tenés muchos de esos antecedentes?

-¿A qué te referís?

-¿Tenés muchas historias propias que se convierten en canciones?

-Pero sólo son interesantes si son cosas que pasan todos en algún momento. Si no, no deja de ser un ejercicio onanista. Como esto.

-No, esto no es un ejercicio onanista. Te recuerdo que lo pediste vos. ¿Estás arrepentido?

-No.

-¿Te arrepentís de muchas cosas?

-Sí, pero cambian todo el tiempo. Las cosas de las que me arrepiento tienen otras luces a medida que mi situación cambia. Y a su vez, errores viejos no terminaron tan mal. Pero me da pena cuando pago por situaciones cuyo responsable fue otro Pablo. Yo jamás sería del partido Nacional. Sin embargo, yo di un discurso para los blancos. Antes mezclaba mi inocencia con mi parresia, tenía poco filtro. Pero eso era porque no quería cosas, o personas. Hoy siento un diplomático british con intereses permanentes. Jode cuando no conseguís eso. Igual, lo peor siempre es en el campo amoroso.

-¿Te arrepentís de esa parte tuya? ¿Qué significa eso?

-Es que en ese rubro, uno nunca sabe. El amor no deja de ser una falta radical, nunca. Una falta que sólo se puede contener en algo más grande, que es querer a otra persona. La falta y lo que lo contiene son cosas tan grandes que son muy difíciles de manejar. Y… ta, en esa pelea, uno se manda cagadas. Y mi falta es querer cuidar minas. Si no cambio el perfil, me va a ir siempre igual. Igual, lo mejor de las minas es su mundo, y de eso no me arrepiento.

-Hablando de amor, muchos critican tu homofobia. ¿Sos homofóbico?

-No tengo ningún problema en que a los hombres les guste que le limen el asterisco. Pasa por otro lado. Me quema el homoerotismo. Hay un discurso del amor “entre personas” que no comparto. Ahí perdés buena parte de la carnalidad que a mí me gusta y que quiero defender. Es constitutivo de mi yo. Es el amor en su Dasein. Además, colabora con lo otro, con lo del mundo, que te decía antes. Es parte de ese todo contenedor. Yo banco la postura de Fernando Peña, que directamente le dijo a Luis Majul que cuando quiera le hacía el culo, que iba a ver cuánto le iba a gustar.

-Hoy estás muy tajante, ¿te pasa algo?

-No, pero me quema que me hagas estas preguntas boludas. ¿O vos no te arrepentís de nada? ¿O no te gusta matarte a una amiga?

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-Mirá, quien quiso el reportaje fuiste vos. No me cambies el eje. Dejame que te haga la última pregunta. Quiero hacerte un ping pong de preguntas, a ver qué sale.

-No podés…

-¿Un color?

-Cualquiera.

-¿Una comida?

-Todas.

-¿Un artista?

-Eeeh… varios en varias disciplinas. Pero la mayoría de los nombres los diría por snobismo.

-¿Por qué seguís cambiando el eje del tema?

-Es que vos vas a editar lo que quieras de esto. Siempre vas a editar. Siempre lo estás haciendo.

-¿No será por eso que el reportaje te lo hago yo?

-Es que quería controlar lo que iba a decir. Pero siempre lo vas a hacer. No es papa zafar, che. Soltá un changüí.

-Pero las cosas que yo quiero decir son filtradas por vos. Yo quiero que dejes de editar respuestas para que me identifique con ellas. Este preguntón no quiere terminar las respuestas. Es eso.

-Es difícil escaparle a la construcción para sí y pasar a la construcción en sí, en una que se mueva hacia afuera y encuentre los sensores de los demás. Por eso te propongo que sigas escribiendo, que yo te leo. Los problemas del mundo también deben afectar a los artistas, ¿no?

-Sí, yo no estoy muy a favor de la política y el arte en la misma bolsa. Pero creo que te referís a que el papel del artista pasa por observar y lidiar desde afuera para tener algo que decir adentro. Digo, por eso de la República.

-Algo así. Por eso, a ver. Quiero ver qué vas a poner sobre la entrevista. ¿Vas a ir y volver? ¿Vas a mirar para adentro? ¿Vas a pensar en el lector? ¿Qué vas a escribir?