martes, 27 de septiembre de 2011

La cultura hará cambios más profundos que el comercio y la industria. Mentira.

Tambores coreanos. Fuente

"La cultura hará cambios más profundos que el comercio y la industria”, dijo un representante de los bailarines coreanos que visita Montevideo. Muy sueltito de cuerpo debido a su gran castellano, el delegado coreano repitió a la cronista de Subrayado una cita que es usual en varios actores de izquierda. Esta afirmación es inocente y pocos delitos son peores que la inocencia en el mundo actual -bailar por un sueño está ahí, ahí-. De aquí nacen dos reflexiones que quiero compartir.



La primera versa sobre las posibilidades de la cultura como formadora de cambios. Específicamente sobre el conocimiento de otras culturas para fomentar la tolerancia y el acuerdo con esas disciplinas. El problema es que unos coreanos tocando el tambor y hablando en coreano seguirán siendo extraños a mi mundo y no es justamente con los espectáculos culturales que se acercará ese mundo.

Cigarrillos argentinos, publicidad orientada a mujeres.
Fuente
Me remito al alemán G. W. F. Hegel. El veterano germano tiene una idea muy interesante de contraponer lo abstracto con lo concreto. Usualmente vemos a un fumador e identificamos la experiencia concreta de fumar en el humo, el aliento carbón, los ceniceros, y demás. Conocer la cultura coreana es ir a ver un espectáculo coreano. Es decir: lo concreto es igual a la experiencia y lo abstracto es lo formal.

Sin embargo, este alemán dijo a principios del siglo XIX que el pensamiento no puede quedarse en lo formal. Para comprender cabalmente la experiencia concreta de fumar uno debe conocer el contexto histórico y social de fumar. Uno debe saber que el tabaco es una hierba americana cuyo consumo en Europa fue exclusivo para las élites, que el nombre tabaco es europeo y no americano, que fue monopolizado ardorosamente por los Estados monárquicos, un pecado para la iglesia y por tanto censurado en el S. XIX, vuelto a consumir por los círculos de los barrios bajos, y retomado en su formato habitual a principios del SXX. Que en su composición la nicotina es fundamental, que es acusado de ser desde gangrenoso hasta cancerígeno. Que la información sanitaria se ocultó en beneficio de la industria. Que los principales objetivos son las mujeres y los jóvenes, publicitando un ideal de libertad (bastante corto, porque uno no es libre con el tabaquismo pues es adictivo, a menos que uno considere que la libertad implica a qué me hago adicto. Paradoja).
¿Publicidad orientada a mujeres? Puede ser
Fuente

El alemán Hegel.
Fuente
Bueno, todo esto está detrás de una pitada. Y de manera concreta, como dice Hegel.

Por tanto, es muy difícil que conozcamos la cultura coreana a través de una jornada musical. Capaz que no nos da una vida. Ojalá que vengan siempre, así descubrimos de a poco una gran cultura milenaria. Sus danzas, su gastronomía, su filosofía. Conocer eso es muy rico. Pero me molesta que me mientan. La cultura no va a hacer esos cambios, el mundo no se cambia con canciones.

Sartre. Que nunca falte.
Fuente
El ser humano no tiene una esencia natural. Ni hay nada natural en lo humano. Es una construcción social. Esto quiere decir que de chico cuando te mandabas una cagada venía tu padre, corregía el error y te advertía de sus consecuencias. Que la escuela te va a enseñar sumas, restas, historias, el idioma; pero por sobre todas las cosas te va a enseñar un orden simbólico fundamental para la vida en sociedad. La barra de amigos te va a enseñar, a los ponchazos, las coordenadas que se deben respetar para tener contacto con otras personas y compartir, o no, intereses concretos.

Pero hay más. El ser humano no tiene una esencia natural. Tiene condiciones que hacen a la experiencia humana tan rica, variada, injusta,solidaria, etc. Y si hablamos de condiciones hablamos de política. No de cultura. Yo no voy a ser más libre ni voy a tener una sociedad más justa conociendo las canciones típicas de Corea. Voy a tener eso cuando modifique las condiciones materiales de Uruguay: que la escuela eduque, que haya más trabajo y mejor pago, que los dueños de las empresas la repartan mejor, que la seguridad sea sinónimo de convivencia pero no de represión.

Para buscar un país que, como dicen Los Olimareños, “que cuando el hombre sea libre no tendrá dueño el paisaje”. Y esto vale para Uruguay y para Corea. Justamente el arte es capaz de cruzar la frontera de locorrecto y volver con un mensaje distinto. Pero no por nada Platón corre a los poetas de la república.

Loco, no podemos volver a discutir hasta lo básico. La filosofía coreana –como el mito fundante de Tangun- es hermosa. Pero no me mientan.





1 comentario:

  1. Uf, Pablito...no te mintieron. La cultura puede crear cambios tan profundos que cambien la economía y el mercado y viceversa. la economía crea cambios en la cultura. Cultura, por supuesto, no entendida como un conjunto de historias, camciones, libros and demais. Sino como actos humanos: el habla, la comida, las costumbres, las maneras de socializar y, claro está, también las lecturas, la música consumida y producida, los libros, los periódicos, los blogs y mucho, mucho más. O sea, una concepción más abarcadora.
    Pero en principio veo que hablás de cambios muy puntuales. Libertad, equidad, etc.
    No, yo te hablo de cambios más tangibles: costumbres, paradigmas, concepciones, formas de consumo,etc.
    ¿Y crees que la cultura coreana no puede hacer cambios en nuestra sociedad? ¿Pero si ya han hecho cambios la cultura china, la japonesa, la india...? Y van a seguir haciendo cambios.
    Son paulatinos, son despacito. Como despacito se hirvió la rana en el agua. Los cambios más profundos a veces son aquellos que se producen sin que te des cuenta. Sin que te traumes, sin que reacciones casi, solo te dan tiempo a adaptarte cómodamente.
    Retomo lo de Japón, China e India. Por supuesto que los cambios culturales han venido de la mano de relaciones económicas y políticas. Y es que son casi imposibles de separar!!!!
    Para terminar te cuento algo que quizás no sabías. Corea del sur es la antípoda de Uruguay. O sea que queda exactamente en el lado opuesto de la esfera terrestre. Unos artistas coreanos vinieron a Montevideo e instalaron una cámara apuntando al cielo en la punta del edificio de la IM. Esta cámara proyecta la imágen del cielo uruguayo en vivo y en directo por internet en una pantalla de forma esférica ubicada en Seúl. La exposición se llama "El ojo del Milenio": http://archivo.presidencia.gub.uy/sci/noticias/2010/11/2010112402.htm
    http://teleexpress.blogspot.com/2010/11/hola_26.html

    Y para terminar en serio: un coreano tocando música siempre va a ser un coreano tocando música. Como un yanqui tocando música en 1920 es lo mismo que un yanqui tocando música hoy en día. eeemmmmmm ¿o no? Capáz que no, jejejeje

    Un abrazo

    ResponderEliminar