Roger Waters durante la gira Dark Side of the Moon del año 2007 |
El ex líder de Pink Floyd presentó "El lado oscuro de la luna" (1973). El 17 y 18 de noviembre repasó el disco en su totalidad en el Estadio de River. Aquí reflexiona sobre los temas que trata en el disco conceptual más famoso del rock.
El miedo a la muerte es algo que también le incumbe al portero de un estudio de grabación. La voz Gerry Driscoll, empleado del estudio beatle Abbey Road en 1973, se oye en El lado oscuro de la luna de Pink Floyd. Quien era líder de la banda británica por entonces, Roger Waters, decidió que su álbum sobre el paso del tiempo, la ambición, la muerte, la guerra, la locura y la libertad individual sirviera como manual de autoayuda para su generación post-psicodélica. Un prisma atravesado por la luz en medio de la oscuridad y la confusión, como el que se ve en la tapa. Sin embargo, ese álbum que no es una colección de hits sino una especie de "película para ciegos con canciones" nunca perdió vigencia: es aún el disco conceptual más vendido de la historia del rock. Hoy, con la banda separada y habiendo perdido la tenencia del nombre Pink Floyd, Roger Waters admite que El lado oscuro... es su "criatura" y el año pasado formó un grupo para tocar el mítico disco por el mundo entero. Tras haber desembarcado aquí con su In the Flesh Tour en 2001, la del 17 y 18 en River será su segunda visita. El arquitecto por detrás del show The Wall, Mark Fisher, pondrá en escena el existencialismo espectacular de El lado oscuro... : sonido cuadrafónico, pantallas, pirotecnia y muñecotes flotantes. Semanas atrás, antes de su recital en Dubai, Waters reflexiona, vía telefónica, sobre el sentido de la vida que también debería preocupar a un portero.
"Creo que soy el mismo tipo que hizo aquel disco, sólo que 35 años más viejo", asegura pausadamente. "Esa sensación que tenía en una canción como Time, de que cada año se vuelve más corto, se acentuó con el tiempo pero ya a los 29 años me di cuenta de que la vida no era como decía mi mamá, una preparación para una adultez más fructífera e interesante. Lamento que la vida humana sea tan breve. Pero hay que aceptarlo más allá de lo que digan las religiones. Yo no soy religioso, por eso creo que hay que vivir sobre la base de verdades evidentes, aceptando que vamos a morir."
El lado oscuro... es también un hito generacional: el adiós a los ideales colectivos del hippismo.
No concebí el disco pensando en las muertes de Jimi Hendrix, Jim Morrison y Janis Joplin, pero no lo puedo negar: es un disco de mensaje existencialista que fomenta la idea de libertad individual. Impulsa a la gente a pensar por sí misma, a oponerse a los regímenes totalitarios, ya sean políticos o religiosos. ¿Me disculpás un segundo?
(Minutos de silencio después) Perdón, fui a buscar los anteojos y en el trayecto hacia la mesa me vino a la mente la idea del oro porque cuando me dijiste que eras de Argentina recordé al dorado, ese pez que unos amigos míos han pescado tanto. Yo amo la pesca con mosca y espero poder hacerlo en Buenos Aires. ¿Por qué te cuento esto? Porque abre una ventana sobre lo efímero de la vida y lo bueno que es disfrutarla y ser humano. Pero un humano evolutivo. Yo soy darwiniano, creo en la evolución humana.
Ayer tocaste en Bombay, hoy en Dubai, pronto en Perú. ¿A qué se debe que El lado oscuro... resulte tan universal?
La idea de independencia y autonomía que expresa el disco es universal. Pero, obviamente, me escucha una minoría. Llegamos a ciudades como Bombay, que tiene 20 millones de habitantes, y nuestro público suma sólo 17.000 personas. Los que gustan de El lado oscuro... reconocen que, con su simbiosis de música e ideas filosóficas y políticas, les da un lugar donde apoyarse al descifrar el dilema humano en el futuro. Funciona como los libros de Aldous Huxley o George Orwell.
¿Tu visión del futuro es entonces totalmente apocalíptica?
No, soy optimista porque creo en el poder de la razón, no en el Apocalipsis del que hablan las religiones extremistas. En la canción Eclipse explico que son nuestros cinco sentidos los que nos describen la existencia; es un mensaje antirreligioso. Las cosas que vemos en la extrema derecha cristiana estadounidense y el extremismo islámico son sólo una pequeña alteración en un gráfico que muestra que el espíritu de nuestra época avanza, lenta pero inexorablemente, hacia la iluminación de la razón, contra toda superstición. Y a favor de la empatía.
¿A qué llamas empatía?
Si estuviéramos menos obsesionados con Dios y redactáramos nuevos mandamientos, el primero sería: Nunca hagas a otro lo que no querés que te hagan a vos. Hay que organizar la propia vida dándole a la sociedad la posiblidad de organizarse de una manera en la que sus miembros más fuertes ayuden a los más débiles, creo que eso hace a todos más felices. Uno debe estar abierto al sufrimiento de los demás y ayudarlos para ayudarse.
"Money" es una canción contra la ambición que te hizo rico. ¿No te resulta paradójico y conflictivo?
Tengo que admitirlo: en 1974, empezamos a ganar mucho dinero gracias a El lado oscuro... porque era un éxito enorme. Para alguien que viene de una familia de izquierda como yo, fue un dilema reconocer que en 1975, me guste o no, me convertí en un capitalista. Pero recordaba a mi madre —
que perteneció al partido comunista hasta que los rusos aplastaron el levantamiento húngaro— y pensaba por qué no repartí el dinero que gané entre los pobres. Sin embargo, doné cierto porcentaje y lo sigo haciendo. Parte de mi dinero va a un fondo solidario y con el resto, hago lo que hago.
Mucha gente no atiende el mensaje racionalista del disco porque cree que refleja un viaje psicodélico. ¿Te molesta ese mito?
Bueno, soy libertario: que la gente lo use como quiera. Pero canciones como Brain Damage no hablan precisamente a favor del LSD. Tomé LSD un par de veces cuando era muy joven y es un experimento que no le aconsejaría a nadie hacer habitualmente, porque un viaje o dos pueden parecer fantásticos pero más pueden resultar contraproducentes. Los avances logrados en el estudio del cerebro humano son los más emocionantes: la neurología demuestra que puede exacerbar o crear síntomas de esquizofrénicos como oír voces o tener alucinaciones.
Y hablando de viajar, en medio de tanta gira, ¿no te gustaría parar a respirar como cantás en "Breathe"?
Sí, viajar tanto es un problema: vivir en aviones destruye la vida hogareña. Pero es el precio que tengo que pagar para vivir esta conexión con el público que recién logro ahora. Antes comunicarme era un conflicto. Recién hoy puedo disfrutar cuando veo a miles de personas frente a mí cantando mis canciones porque les ayudan a vivir.
El miedo a la muerte es algo que también le incumbe al portero de un estudio de grabación. La voz Gerry Driscoll, empleado del estudio beatle Abbey Road en 1973, se oye en El lado oscuro de la luna de Pink Floyd. Quien era líder de la banda británica por entonces, Roger Waters, decidió que su álbum sobre el paso del tiempo, la ambición, la muerte, la guerra, la locura y la libertad individual sirviera como manual de autoayuda para su generación post-psicodélica. Un prisma atravesado por la luz en medio de la oscuridad y la confusión, como el que se ve en la tapa. Sin embargo, ese álbum que no es una colección de hits sino una especie de "película para ciegos con canciones" nunca perdió vigencia: es aún el disco conceptual más vendido de la historia del rock. Hoy, con la banda separada y habiendo perdido la tenencia del nombre Pink Floyd, Roger Waters admite que El lado oscuro... es su "criatura" y el año pasado formó un grupo para tocar el mítico disco por el mundo entero. Tras haber desembarcado aquí con su In the Flesh Tour en 2001, la del 17 y 18 en River será su segunda visita. El arquitecto por detrás del show The Wall, Mark Fisher, pondrá en escena el existencialismo espectacular de El lado oscuro... : sonido cuadrafónico, pantallas, pirotecnia y muñecotes flotantes. Semanas atrás, antes de su recital en Dubai, Waters reflexiona, vía telefónica, sobre el sentido de la vida que también debería preocupar a un portero.
"Creo que soy el mismo tipo que hizo aquel disco, sólo que 35 años más viejo", asegura pausadamente. "Esa sensación que tenía en una canción como Time, de que cada año se vuelve más corto, se acentuó con el tiempo pero ya a los 29 años me di cuenta de que la vida no era como decía mi mamá, una preparación para una adultez más fructífera e interesante. Lamento que la vida humana sea tan breve. Pero hay que aceptarlo más allá de lo que digan las religiones. Yo no soy religioso, por eso creo que hay que vivir sobre la base de verdades evidentes, aceptando que vamos a morir."
El lado oscuro... es también un hito generacional: el adiós a los ideales colectivos del hippismo.
No concebí el disco pensando en las muertes de Jimi Hendrix, Jim Morrison y Janis Joplin, pero no lo puedo negar: es un disco de mensaje existencialista que fomenta la idea de libertad individual. Impulsa a la gente a pensar por sí misma, a oponerse a los regímenes totalitarios, ya sean políticos o religiosos. ¿Me disculpás un segundo?
(Minutos de silencio después) Perdón, fui a buscar los anteojos y en el trayecto hacia la mesa me vino a la mente la idea del oro porque cuando me dijiste que eras de Argentina recordé al dorado, ese pez que unos amigos míos han pescado tanto. Yo amo la pesca con mosca y espero poder hacerlo en Buenos Aires. ¿Por qué te cuento esto? Porque abre una ventana sobre lo efímero de la vida y lo bueno que es disfrutarla y ser humano. Pero un humano evolutivo. Yo soy darwiniano, creo en la evolución humana.
Ayer tocaste en Bombay, hoy en Dubai, pronto en Perú. ¿A qué se debe que El lado oscuro... resulte tan universal?
La idea de independencia y autonomía que expresa el disco es universal. Pero, obviamente, me escucha una minoría. Llegamos a ciudades como Bombay, que tiene 20 millones de habitantes, y nuestro público suma sólo 17.000 personas. Los que gustan de El lado oscuro... reconocen que, con su simbiosis de música e ideas filosóficas y políticas, les da un lugar donde apoyarse al descifrar el dilema humano en el futuro. Funciona como los libros de Aldous Huxley o George Orwell.
¿Tu visión del futuro es entonces totalmente apocalíptica?
No, soy optimista porque creo en el poder de la razón, no en el Apocalipsis del que hablan las religiones extremistas. En la canción Eclipse explico que son nuestros cinco sentidos los que nos describen la existencia; es un mensaje antirreligioso. Las cosas que vemos en la extrema derecha cristiana estadounidense y el extremismo islámico son sólo una pequeña alteración en un gráfico que muestra que el espíritu de nuestra época avanza, lenta pero inexorablemente, hacia la iluminación de la razón, contra toda superstición. Y a favor de la empatía.
¿A qué llamas empatía?
Si estuviéramos menos obsesionados con Dios y redactáramos nuevos mandamientos, el primero sería: Nunca hagas a otro lo que no querés que te hagan a vos. Hay que organizar la propia vida dándole a la sociedad la posiblidad de organizarse de una manera en la que sus miembros más fuertes ayuden a los más débiles, creo que eso hace a todos más felices. Uno debe estar abierto al sufrimiento de los demás y ayudarlos para ayudarse.
"Money" es una canción contra la ambición que te hizo rico. ¿No te resulta paradójico y conflictivo?
Tengo que admitirlo: en 1974, empezamos a ganar mucho dinero gracias a El lado oscuro... porque era un éxito enorme. Para alguien que viene de una familia de izquierda como yo, fue un dilema reconocer que en 1975, me guste o no, me convertí en un capitalista. Pero recordaba a mi madre —
que perteneció al partido comunista hasta que los rusos aplastaron el levantamiento húngaro— y pensaba por qué no repartí el dinero que gané entre los pobres. Sin embargo, doné cierto porcentaje y lo sigo haciendo. Parte de mi dinero va a un fondo solidario y con el resto, hago lo que hago.
Mucha gente no atiende el mensaje racionalista del disco porque cree que refleja un viaje psicodélico. ¿Te molesta ese mito?
Bueno, soy libertario: que la gente lo use como quiera. Pero canciones como Brain Damage no hablan precisamente a favor del LSD. Tomé LSD un par de veces cuando era muy joven y es un experimento que no le aconsejaría a nadie hacer habitualmente, porque un viaje o dos pueden parecer fantásticos pero más pueden resultar contraproducentes. Los avances logrados en el estudio del cerebro humano son los más emocionantes: la neurología demuestra que puede exacerbar o crear síntomas de esquizofrénicos como oír voces o tener alucinaciones.
Y hablando de viajar, en medio de tanta gira, ¿no te gustaría parar a respirar como cantás en "Breathe"?
Sí, viajar tanto es un problema: vivir en aviones destruye la vida hogareña. Pero es el precio que tengo que pagar para vivir esta conexión con el público que recién logro ahora. Antes comunicarme era un conflicto. Recién hoy puedo disfrutar cuando veo a miles de personas frente a mí cantando mis canciones porque les ayudan a vivir.
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